Ayer celebramos el VII Festival Solidario con las y los compas zapatistas. Un día en el que mostrar nuestra solidaridad y nuestro apoyo a las comunidades en resistencia a través de la alegre rebeldía. Por la mañana, de la mano de Vane a la presentación, fueron Karlos Herrero con sus bichos- títere y las “Noticias de la isla” de la PAI quienes dejaron sin palabras y con grandes sonrisas dibujadas en la boca a todos los presentes, sobre todo a las más pequeñas.

Por la tarde, fue Eugenio Arnao el encargado de las presentaciones, a través de sus historias y sus textos. Pares Sueltos, con Gustavo Giménez en la parte sonora, mostraron la belleza de la danza con diversidad; les siguió el cantautor Diego Escusol, guitarra en mano, con sus cantos de protesta y política; Ellas teatralizaron diferentes estereotipos de mujer, en una propuesta de feminismo crítico; los hermanos de Esparatrapo nos trajeron algunas de sus versiones, de Más Birras a Los Delincuentes, bien coreadas entre el público asistente. Como cada vez que participan en el festival (y van unas cuantas), Los Mancusos -en versión reducida- aportaron el humor negro e hicieron soltar más de una carcajada entre las presentes; para rematar, Los Relunatics y su música balcánica nos pusieron en pie y a bailar a todas.

Un momento especial del festival que queremos reseñar es el del comunicado, dedicado especialmente a la Comandanta Ramona, ahora que se acaban de cumplir 10 años de su fallecimiento, como ejemplo de las mujeres que luchan y que paren nuevos mundos. Palabras que remataron con un fuerte aplauso y gritos de ¡Zapata vive, la lucha sigue!

Aunque para aplauso, el que queremos dedicar al trabajo colectivo que hace que disfrutemos tanto de esta propuesta de solidaridad a tantos kilómetros de las comunidades zapatistas, a donde irán destinados íntegramente los beneficios obtenidos. Y nuestro agradecimiento a todas las personas que lo hacen posible: trabajadoras del centro cívico, nuestros queridos técnicos de luz y sonido (Sama, David y Jorge), siempre disponibles para aportar la calidad al espectáculo, como la calidad de todas las y los artistas que colaboran en cada edición de forma desinteresada para hacernos pasar una estupenda jornada en la que unir la alegría y la rebeldía. Por supuesto, como recordaba Eugenio, ningún festival tendría sentido sin las personas que están al otro lado de los focos, así que nuestro mayor agradecimiento a las más de 200 personas que mostraron que en Zaragoza la lucha zapatista sigue presente.

¡Zapata vive!¡La lucha sigue!¡Nos vemos en el siguiente!