Bajo este nombre nada complicado y menos extenso, el presidente francés pretende medir el desempeño económico en términos de desarrollo y progreso social “más allá del fetichismo del PIBâ€.
Precisamente con este nombre, ‘Fetichismo del PIB’, el premio Nobel Joseph Stiglitz daba publicidad al estudio en El PaÃs. Curiosamente también forma parte de la comisión internacional encargada por el presidente francés.
Sin apenas atisbo de demagogia, Stiglitz justifica el estudio con la siguiente disquisición: “Si unos pocos banqueros se vuelven mucho más ricos, el ingreso promedio puede subir, a pesar de que los ingresos de la mayorÃa de la gente estén decayendoâ€.
AsÃ, mientras exige que las estadÃsticas económicas tengan en cuenta la sostenibilidad y reflejen la “sobreexplotación de los recursos naturales y la degradación del medio ambienteâ€, apunta a la figura del marido de Carla Bruni como un precursor del criticismo polÃtico con el crecimiento del PIB.
En esta misma lÃnea, el diario Público cita su intención de “acabar con la religión de la cifra del PIB†y atribuye la importancia de dicho pensamiento al hecho de que “quien lo denuncia sea el presidente de un paÃs importante en un foro cultural tan reputado como la Universidad de la Sorbonaâ€
Lejos de tanto optimismo, este mismo periódico daba la pista ayer sobre lo preocupado que está Sarkozy con la sostenibilidad del sistema económico y la calidad del aumento de la riqueza del paÃs.
En el artÃculo “los neurruralistas asustan a Sarkozyâ€, el corresponsal de Público en Francia, Ãndres Pérez, recorre la “red de pueblos y zonas rurales donde jóvenes procedentes de las grandes ciudades, en su mayorÃa superdiplomados y eficaces, han decidido que otra vida es posible†en el paÃs vecino creando servicios de forma autogestionaria.
El caso es que en este movimiento asambleario comienzan a surgir cursos para aprender “técnicas de desobediencia civil y resistencia activa para plantar cara a un capitalista†y a Sarkozy, tan preocupado por la calidad del sistema económico, le han dejado de hacer gracia este tipo de iniciativas.
De hecho, los PolicÃa antiterrorista ha detenido a varios integrantes de estos grupos, acusados nada menos que de “terrorismoâ€. A pesar del uso de una palabra tan rimbombante, todos han sido liberados sin cargos.
Una vez más, los polÃticos demuestran que saben subirse al carro intelectual de criticar los fallos del sistema. Y, una vez más, los intelectuales (o lo que sea) demuestran que están ahà para darles publicidad. Pero también una vez más, se vuelve a demostrar que del dicho al hecho hay mucho trecho y que los discursos contradicen las verdaderas polÃticas.
Más información: