Escuchemos a este sabio porque ninguna entrevista suya tiene el más mÃnimo desperdicio. A sus 93 años, este escritor y economista ha tenido tiempo suficiente como para ver cómo ha evolucionado el capitalismo. Ahora está en posición de afirmar que “este sistema de vida occidental se acaba” (como decÃa en otra entrevista en el programa “En noches como ésta” en La1). Podemos aprender mucho de él.
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En la página de Rebelión han colgado este chiste para empezar la semana con un tanto de chiste y otro tanto de mala leche.
De momento, ya tenemos luz en tres salas. Una de ellas, bastante grande y con un armario lleno de fotografÃas con imágenes de boda en blanco y negro.
Por cierto, aunque no lo parezca en alguna foto, el trabajo está siendo muy duro. Por eso lo de las cervezas.
Siempre hace falta una mano, asà que, si te animas… siempre es necesaria una mano para limpiar, pintar o traer sillas y mesas.
La Plataforma Comarcal por la Movilidad (PCM) ha hecho una sencilla prueba en Alicante. ¿Quién tarda más en llevar una carta hasta el ayuntamiento?: un coche o una bicicleta. La diferencia de tiempo ha sido de 11 minutos. Pero, ¿para quién? Muchos se sorprenderán.
Con tanta foto de sindicatos y patronal y sus consecuentes soluciones cortoplacistas sin sentido, resulta gratificante encontrarse con el diálogo entre José Manuel Naredo y Jorgue Riechmann titulado ‘Perspectivas sobre el trabajo en la crisis del capitalismo’.
Dice José Manuel Naredo que la noción actual de trabajo, que se acepta como realidad objetiva y universal, sólo entiende como tal aquella que tiene una “contrapartida pecunariaâ€, mientras que “desatiende o invisibiliza†el resto, aunque cuenten con todo el interés para la sociedad.
La propia historia discute esta perspectiva de nuestros dÃas, ya que dicho concepto se afianzó durante el siglo XVIII. “No se veÃan las sociedades humanas desde el prisma de la producción, el consumo, el trabajo, ni ,menos aún, el crecimiento económicoâ€, aporta Naredo, a la vez que subraya que, si se clasificasen las actividades de una persona a lo largo del dÃa en categorÃas como la finalidad social o el nivel de gratificación de las mismas, se visibilizarÃa que tareas que, “siendo imprescindibles para el mantenimiento de la vida y la sociedad, no se consideran trabajo, asà como otras parasitarias o socialmente degradantes sà se consideran trabajoâ€
Argumenta que el desprecio por las tareas esencialmente humanas es “rasgo distintivo de todas las sociedades jerárquicas en las que una elite se sitúa en la cúspide de la pirámide socialâ€, lo que explica que el ‘trabajo de cuidados’ en la mayorÃa de los casos ni siquiera se considere como tal.
AsÃ, apuesta por desmitificar el concepto de trabajo actual como “primer paso para poder relativizarlo y trascenderloâ€
Llegados a este punto de aportar soluciones, Jorge Riechmann aboga por la organización de un servicio laboral obligatorio llevado a cabo por los más jóvenes. En este mismo sentido, Naredo subraya que podrÃa promover “cierto trabajo libre o cooperativo en actividades que el Estado y, en general, toda la sociedad deja de ladoâ€