Las crisis siempre son parte del sistema capitalista. Sin embargo, entender esta crisis no es fácil, sobre todo porque siempre la cuentan con palabras que nadie (ni los economistas) entiende pero todo el mundo repite… Una opción es tratarlo con un lenguaje más llano.
Otra opción es tratarlo de una forma más gráfica.
Otra razón para que no se entienda la crisis, es que esta crisis no es crisis de producción y oferta/demanda, como los ciclos que nos explicaban en clase de historia y que entendíamos ese día, el día del examen y se nos olvidaba… Esta crisis no es de la economía productiva. Es el caracter especulativo de las transacciones financieras el que ha obtenido una dimensión monstruosa, grotesca, desproporcionada… y el que ha hecho que la economía tome un camino propio, diferente… Además, nos enfrentamos a un endeudamiento crónico del estado, el cual financiaremos cada vez más los ciudadanos y las PYMES, cada vez con menos poder adquisitivo, por lo que nuestro Estado tendrá que endeudarse más… y así en un ciclo sin fin (o no…).
Esta crisis, por lo tanto, es diferente, no sólo porque se base en el caracter especulativo de la economía… sino porque nos hemos topado de frente con la limitación de recursos naturales, en especial con la limitación de los recursos petrolíferos. Al disponer de cada vez menos energía, la recuperación queda seriamente comprometida. Ésta es, por tanto, no una crisis cíclica, sino la crisis definitiva del sistema. Esta crisis no acabará nunca. Por varias razones, ni políticos, ni científicos ni ciudadanos entendemos las repercusiones de esta crisis. No es por ser agorero… Si vuestro hijo se dirigiera en patinete hacia un precipicio, ¿Qué le diríais? “¡¡Hijo, salta, que te vas a caer por el precipicio!!” o “Venga, hijo, que puedes hacerlo mejor, ¡dale caña!”. ¿Qué postura sería cruel?
Ya EEUU casi se declara en bancarrota, si acaso han puesto un parche… que no durará mucho. Ayer la única bolsa que abrió (la israelí) tuvo que cerrar por haber bajado el 6%. Hoy nuestra bolsa no lo ha sufrido mucho por cuestiones efímeras. Pero la población lo sufre cada día. Desde la negación del acceso a alimentos debido al incremento de su precio (véase el caso del cuerno de África) debido a la especulación con alimentos… hasta los recortes sociales en las sociedades sobredesarrolladas.
Nuestro futuro dependerá de nuestra capacidad para evitar el pánico y anticiparnos a lo que se nos viene encima. Una vez hemos topado con los límites de la biosfera, tan sólo podemos rezar o aprender, la elección está en nuestras manos.
Habrá gente que con la llegada del papa se dedique a rezar… pero yo prefiero ponerme las pilas ya!
gracias miki, muy grande! (como siempre)