La doctrina neoliberal está basada en la siguiente premisa: “si todos los individuos van al mercado a satisfacer sus necesidades individuales de forma egoÃsta, el resultado es bueno”. Es decir: “si todos somos egoÃstas, el resultado es bueno”.
Con el fin de justificarlo cientÃficamente han entronado la teorÃa de la evolución por selección natural de Charles Darwin y Alfred Russel Wallace. Que dice que: dada una limitación de recursos, se establece una competencia entre los individuos de una especie que ganan los que se reproducen más, por lo que la evolución funciona por la selección natural de estos ganadores. Obviamente, el tema de la limitación de los recursos se invisibiliza y se ensalza todo lo que tiene que ver con la supervivencia del mejor adaptado, con la competencia. AsÃ, según los neoliberales, la naturaleza funciona por competencia. Más adelante, la teorÃa del gen egoÃsta, de Richard Dawkins, fue utilizada para justificar el comportamiento egoÃsta de los individuos mediante el comportamiento egoÃsta de los genes.  Invisibilizadas quedan también la teorÃa del apoyo mutuo de Piotr Kropotkin (que explica la evolución mediante la cooperación) o la teorÃa endosimbiótica de Lynn Margulis (hasta que se terminó aceptando debido a evidencias moleculares irrefutables).
Y es que cuando se tiene un martillo por cabeza, todo lo que se ven son clavos… AsÃ, un partido de fútbol se ve como una competición, invisibilizándose el trabajo en equipo… la caza de un ñu como un acto salvaje de competición, invisibilizando la cooperación entre leonas… y el desparasitamiento entre especies o la pesca cooperativa de peces por parte de grupos organizados de orcas son simplemente casos anecdóticos o irrelevantes para la evolución, simplemente no se comentan. Famoso es el caso del dilema del prisionero, en el cual se concluye que la mejor estrategia para un encuentro esporádico es la de no cooperar. La tragedia de los comunes es otro caso del dilema del prisionero aplicado a recursos comunes no gestionados que, en este caso, ha servido para inclinar la balanza ideológica a lo privado.
Sin embargo, Richard Dawkins, autor de “El gen egoÃsta”, denuncia la manipulación que se ha realizado con su teorÃa para justificar una economÃa feroz y despiadada. No sólo eso, sino que en este interesante vÃdeo demuestra que la mejor estrategia no es una estrategia de competición, sino una estrategia de cooperación. Investigaciones posteriores (donde 0=cooperar y 1=competir) corroboran que la mejor estrategia es aquella que tiende a la cooperación, es capaz de no cooperar con los que no cooperan pero vuelve a cooperar si cooperan. Hace tiempo, ya desmontamos un pilar filosófico del capitalismo. Otra vez volvemos a desmontarlo, esta vez utilizando las matemáticas y la teorÃa de juegos.
Si bien en un ambiente de aislamiento o de paso se favorecen los comportamientos egoÃstas, en un ambiente de permanencia y de interacciones reiteradas la mejor estrategia es la cooperación. Por eso el capitalismo fomenta el individualismo y el decrecimiento pone las relaciones humanas en el centro de la economÃa, pues cooperación y comunidad van irremediablemente y afortunadamente ligados. Pero si comparamos en el dilema del prisionero ambas situaciones (la individual y la comunal) en términos de beneficio neto, el mayor beneficio se obtiene en el caso en el que ambos jugadores cooperan. Es decir, que frente a la economÃa de la competencia (el capitalismo), la economÃa del dar y el compartir es mucho más beneficiosa para todos los individuos. Queda demostrado pues, que la vida en común favorece la cooperación y ésta es más beneficiosa para todos los individuos. Sin más que aportar que la evidencia cientÃfica que respalda el decrecimiento, me despido para hacer vida en común… 🙂