Posted on septiembre 21, 2014 in General, Práctica del mes by hirunatan1 Comment »

Tras el descanso de agosto, aquí está la práctica decrecentista del mes de septiembre.

 

El transporte privado en coche particular es uno de nuestros hábitos más contaminantes y derrochadores de energía. En un mundo decreciente su uso se debería ver muy reducido, siendo habitual no tener vehículo propio y realizar menos desplazamientos, o bien hacerlos en transporte público, en bicicleta o incluso andando. Pero por ahora sigue habiendo muchas ocasiones en las que es necesario desplazarse y no hay una buena opción alternativa. En estos casos, una forma de reducir el impacto ecológico es compartir vehículo: si varias personas viajan (a la vez o por turnos) en el mismo coche en vez de usar cada una el suyo, se gasta menos, se contamina menos y además resulta más económico.

 

 

Compartir coche con familiares, amigos o compañeros de trabajo es algo que se hace desde siempre y no presenta particulares problemas, pero tiene un alcance limitado: sólo se puede hacer si coincidimos en trayecto y tiempo con alguien. Recientemente se están popularizando redes que aprovechan las capacidades de Internet para conectar personas y poder compartir, sin que tengan que conocerse necesariamente. Aquí, claro, el problema es la confianza: ¿cómo fiarme de alguien a quien no conozco para algo como hacer un viaje juntos? La mayoría de plataformas usan para eso el mecanismo de valoraciones “peer-to-peer”. Los usuarios del sistema pueden valorar a las personas con quienes hayan interactuado, al estilo de eBay, y así cada cual va acumulando un status según lo que opinen los demás, que sirve para saber si es alguien en quien se puede confiar o si es más bien informal o de no muy buen trato.

 

Estos sistemas tienen una ventaja adicional, además de la reducción en contaminación y en número de vehículos: como en cualquier otro sistema colaborativo, permite conocer a personas nuevas, crear redes cercanas y descubrir los beneficios de la colaboración y el apoyo mutuo.

 

Para saber más:
Entrevista al “country manager” de carpooling.es
La huella ecológica del transporte
Los problemas del coche (Ecologistas en Acción)
Directorio de recursos sobre compartir coche

 

Ahora mismo:

  • La opción de compartir coche con conocidos siempre es algo a tener en cuenta, aunque a menudo no se nos ocurre. Por ejemplo, en nuestro recorrido diario para ir y venir al trabajo, muchas veces hay personas que viven cerca y trabajan en el mismo sitio, y podrían coordinarse para ir turnándose e ir cada día en el coche de una de ellas, en vez de cada una en el suyo.

 

Poco a poco:

  • “Carpooling”: ¿tienes que hacer un viaje y planeas hacerlo en coche, pero no tienes con quién compartirlo? Puedes ir a Blablacar, Amovens o Carpooling.es y buscar alguien que vaya a hacer el mismo recorrido que tú en la misma fecha (ver el directorio de recursos más arriba).
  • O bien, ¿haces desplazamientos periódicos siempre por el mismo trayecto, para ir al trabajo, por ejemplo? Puedes ir a Carpling o Autogether y buscar gente que coincida.
  • Una posibilidad curiosa es no compartir el coche, sino la plaza de aparcamiento, en las horas o fechas que no la uses. Sitios como BePark, WeSmartPark o ParkingHood permiten conectar personas que buscan aparcamiento con plazas libres, optimizando el espacio y reduciendo el número de vehículos que circulan buscando sitio.
  • También puede ser interesante compartir taxi. En JoinUpTaxi o TaxiSostenible puedes buscar gente para compartir un trayecto en taxi y así ahorrar costes. Aparte del concepto colaborativo, puede reducir la contaminación si sirve para evitar viajes en vehículo propio.

 

A fondo:

  • “Carsharing”: hay otra opción que a mucha gente le puede sorprender: ¡no tener vehículo propio!. Si realizas la mayoría de tus desplazamientos en transporte público y sólo necesitas el coche de forma puntual, puedes apuntarte a Avancar, RespiroMadrid, BlueMove o ClickCar y alquilar uno por horas, sólo las que vayas a usar. Para un uso poco frecuente, puede salir más económico que si sumamos el precio del coche en sí más los gastos de mantenimiento, seguros y aparcamiento, además de evitarnos el tiempo y espacio que le dedicamos. Y ecológicamente, es mejor tener menos vehículos funcionando más tiempo, que muchos que están la mayor parte del tiempo inactivos.
Posted on septiembre 9, 2014 in Consumo Responsable, Energía, Ideas, Reciclaje, Transición by mikiComentarios desactivados en El dulce decrecimiento

Hace unos días nos dieron unos melocotones maduros, unas uvas en perfecto estado y unos higos que iban a tirar a la basura…

 

Ayer, tras pelar y deshuesar los melocotones, quitar las pipas de las uvas fácilmente con un cuchillo y quitar el rabito de los higos, los puse a hervir durante horas y horas… a fuego lento el calor fue convirtiendo los azúcares complejos (sin sabor dulce) en azúcares simples (dulcecitos!!). Esta mañana pasé la batidora y lo volví a calentar… tras un ratete hirviendo y espesando mientras desayunaba, calenté agua para esterilizar unos botes.

 

Llegado el momento, introduje con una cuchara el dulce brebaje en los botes, los fui cerrando y dando la vuelta. Tras enfriarse me han quedado cuatro botes de mermelada de melocotón, uvas e higos que iban a tirar a la basura, y sin azúcar añadido!!!

 

Se conserva gracias al calor (que mata los bichitos que había) y al vacío que se crea al enfriarse en los botes bocabajo (que impide que más bichitos entren).

 

 

Y calentarlo durante horas ¿no contaminará mucho? Pues desde luego mucho menos que el CO2 liberado al cultivar y transportar el azúcar desde los confines del mundo.

 

Mermelada gratuita (o barata si es que pagas luz o gas) y sana hecha a partir de frutas que iban a tirar a la basura… el decrecimiento mola.Â