Tras el descanso de agosto, aquà está la práctica decrecentista del mes de septiembre.
El transporte privado en coche particular es uno de nuestros hábitos más contaminantes y derrochadores de energÃa. En un mundo decreciente su uso se deberÃa ver muy reducido, siendo habitual no tener vehÃculo propio y realizar menos desplazamientos, o bien hacerlos en transporte público, en bicicleta o incluso andando. Pero por ahora sigue habiendo muchas ocasiones en las que es necesario desplazarse y no hay una buena opción alternativa. En estos casos, una forma de reducir el impacto ecológico es compartir vehÃculo: si varias personas viajan (a la vez o por turnos) en el mismo coche en vez de usar cada una el suyo, se gasta menos, se contamina menos y además resulta más económico.
Compartir coche con familiares, amigos o compañeros de trabajo es algo que se hace desde siempre y no presenta particulares problemas, pero tiene un alcance limitado: sólo se puede hacer si coincidimos en trayecto y tiempo con alguien. Recientemente se están popularizando redes que aprovechan las capacidades de Internet para conectar personas y poder compartir, sin que tengan que conocerse necesariamente. AquÃ, claro, el problema es la confianza: ¿cómo fiarme de alguien a quien no conozco para algo como hacer un viaje juntos? La mayorÃa de plataformas usan para eso el mecanismo de valoraciones “peer-to-peer”. Los usuarios del sistema pueden valorar a las personas con quienes hayan interactuado, al estilo de eBay, y asà cada cual va acumulando un status según lo que opinen los demás, que sirve para saber si es alguien en quien se puede confiar o si es más bien informal o de no muy buen trato.
Estos sistemas tienen una ventaja adicional, además de la reducción en contaminación y en número de vehÃculos: como en cualquier otro sistema colaborativo, permite conocer a personas nuevas, crear redes cercanas y descubrir los beneficios de la colaboración y el apoyo mutuo.
Para saber más:
Entrevista al “country manager” de carpooling.es
La huella ecológica del transporte
Los problemas del coche (Ecologistas en Acción)
Directorio de recursos sobre compartir coche
Ahora mismo:
- La opción de compartir coche con conocidos siempre es algo a tener en cuenta, aunque a menudo no se nos ocurre. Por ejemplo, en nuestro recorrido diario para ir y venir al trabajo, muchas veces hay personas que viven cerca y trabajan en el mismo sitio, y podrÃan coordinarse para ir turnándose e ir cada dÃa en el coche de una de ellas, en vez de cada una en el suyo.
Poco a poco:
- “Carpooling”: ¿tienes que hacer un viaje y planeas hacerlo en coche, pero no tienes con quién compartirlo? Puedes ir a Blablacar, Amovens o Carpooling.es y buscar alguien que vaya a hacer el mismo recorrido que tú en la misma fecha (ver el directorio de recursos más arriba).
- O bien, ¿haces desplazamientos periódicos siempre por el mismo trayecto, para ir al trabajo, por ejemplo? Puedes ir a Carpling o Autogether y buscar gente que coincida.
- Una posibilidad curiosa es no compartir el coche, sino la plaza de aparcamiento, en las horas o fechas que no la uses. Sitios como BePark, WeSmartPark o ParkingHood permiten conectar personas que buscan aparcamiento con plazas libres, optimizando el espacio y reduciendo el número de vehÃculos que circulan buscando sitio.
- También puede ser interesante compartir taxi. En JoinUpTaxi o TaxiSostenible puedes buscar gente para compartir un trayecto en taxi y asà ahorrar costes. Aparte del concepto colaborativo, puede reducir la contaminación si sirve para evitar viajes en vehÃculo propio.
A fondo:
- “Carsharing”: hay otra opción que a mucha gente le puede sorprender: ¡no tener vehÃculo propio!. Si realizas la mayorÃa de tus desplazamientos en transporte público y sólo necesitas el coche de forma puntual, puedes apuntarte a Avancar, RespiroMadrid, BlueMove o ClickCar y alquilar uno por horas, sólo las que vayas a usar. Para un uso poco frecuente, puede salir más económico que si sumamos el precio del coche en sà más los gastos de mantenimiento, seguros y aparcamiento, además de evitarnos el tiempo y espacio que le dedicamos. Y ecológicamente, es mejor tener menos vehÃculos funcionando más tiempo, que muchos que están la mayor parte del tiempo inactivos.