Posted on enero 11, 2015 in Activismo, General, Práctica del mes by alevadoComentarios desactivados en Práctica del mes de enero: adquisición y uso consciente de la ropa
Es enero, mes de las rebajas, del “¿a ese precio cómo no me lo voy a comprar”, del “no lo necesito, pero total por 5 euros”… Por eso hemos pensado que la práctica decrecentista de este mes trate acerca de alternativas a la hora de obtener y usar nuestra ropa y complementos.
Y es que hoy en día el consumo de ropa se nos ha ido de las manos, en Europa compramos unas 40 prendas de ropa por persona al año, prendas que no duran de media ni un año en nuestros armarios, lo que se traduce en que los residuos textiles supongan ya casi el 4% de los desechos de origen doméstico. Hay múltiples factores que han ido modificando nuestros hábitos de consumo hasta llegar a esta locura, pero se pueden destacar dos: ya no hay 2 cambios de ropa de temporada (otoño-invierno, primavera-verano), ni siquiera 4 veces por año, sino unas 15 veces o incluso más en algunos casos. Por otro, se puede conseguir ropa a unos precios bajísimos, debido a las condiciones de semiesclavitud en las fábricas en las que se producen y a que, como en muchos otros productos, no se refleja el coste social, ecológico y de transporte desde los países productores.
El consumo actual de ropa por tanto es un problema ecológico y social y por todo esto os queremos proponer varias prácticas para poder cambiar nuestros hábitos a la hora de  usar y comprar nuestra ropa.
La ropa que queremos
Para saber más
Documental de The Guardian “The shirt on your back” sobre la industria de la ropa en Bangladesh
* Ahora mismo: Hay muchos actos muy sencillos que nos pueden ayudar a no incrementar innecesariamente nuestro consumo de ropa.
  • Cuidar la ropa que tenemos puede suponer una gran diferencia para que nuestra ropa dure más: no lavarla en exceso, lavar la ropa con agua fría, no usar secadora, guardar la ropa limpia y de manera adecuada, arreglar los descosidos o rotos cuanto antes, etc.
  • Tener el armario ordenado, de manera que veamos todas las prendas que tenemos y no volvamos a decir lo de “no tengo nada que ponerme” y podamos ver si realmente necesitamos comprar alguna nueva.
  • Antes de tirar algo… arreglarlo. Buscar en nuestra ciudad una persona que arregle zapatos o alguien que sepa coser y le de una nueva vida a lo que tenemos en nuestros armarios.
  • Comprar menos. Antes de comprar una prenda preguntarnos si realmente la necesitamos, si la vamos a usar o si no tenemos ya algo parecido en nuestro armario. Que no nos de vergüenza ponernos la misma prenda una y otra y otra vez, si nos gusta y está bien ¿por qué cambiarla por otra?
* Poco a poco: Otras opciones que nos pueden llevar algo más de esfuerzo  pero que nos pueden ayudar a cambiar nuestros hábitos de forma definitiva son:
  • Si compramos ropa nueva pensar a que tipo de comercio queremos favorecer y en función de eso elegir la tienda a la que vamos a comprar: pequeño comercio local antes que multinacionales, espacios que apuesten por diseñadores locales y que utilicen materiales respetuosos con el medio ambiente (como este que se acaba de inaugurar en Madrid “The Circular Project Shop“), etc.
  • Leer las etiquetas de la ropa que compramos para ver dónde se ha fabricado y no comprar ropa de países lejanos con más probabilidades de provenir de explotación laboral y que genera más CO2 por el transporte hasta Europa.
  • Comprar en tiendas de segunda mano, en Madrid hay muchas.
  • Ser conscientes de lo que compramos, plantearnos un número de prendas nuevas para cada temporada, anotar en un cuaderno las prendas de ropa y complementos que compramos y cuatro veces al año hacer recuento para ver si estamos cumpliendo el objetivo.
* A fondo Y una vez que te pones a hacer cambios ya no hay límites, por eso proponemos estas otras ideas que requieren más compromiso:
  • Participar en proyectos como Proyecto 333 en el que durante tres meses los participantes se comprometen a utilizar sólo 33 prendas y accesorios.
  • Organizar una fiesta de intercambio de ropa con nuestros amigos y familiares para compartir ropa, complementos e ideas.
  • Participar en mercadillos de segunda mano como el de Adelita Market en el que podemos vender lo que ya no usamos tanto para que tengan una segunda vida.
  • Aprender a confeccionar nuestra propia ropa, por ejemplo con la gente de AltrapoLab que hacen talleres de reciclaje textil.