Posted on noviembre 16, 2014 in Consumo Responsable, Decrecimiento, General, Ideas, Tiempo by alevadoComentarios desactivados en Debate sobre la película My Stuff en el XV ciclo de cine foro de Economistas Sin Fronteras

El próximo jueves 27 de noviembre DecreceMadrid participará en el XV ciclo de cine foro de Economistas Sin Fronteras, con nuestra presencia junto con la gente de Ecologistas en Acción y Carro de Combate en la proyección y posterior debate de la película “My Stuff: lo imprescindible para vivir”

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Esta película nos cuenta el experimento que emprendió Petri Luukkainen, su director y actor protagonista, para descubrir qué era, en medio de su bienestar, lo que faltaba en su vida. Para ello se deshizo de todas sus posesiones, excepto de su casa, las guardó en un almacén y  comenzó la grabación. Se impuso tres reglas: durante un año todas sus cosas materiales estarían en un almacén, sólo podría recuperar una cada día y estaría prohibido comprar nada nuevo.

Tras la visualización de la película participaremos en el que seguro será un interesante debate sobre el consumo en nuestra sociedad. Os esperamos el jueves 27 a las 20:00 en los cines Golem (Plaza Martin de los Heros 14, metro Plaza España), la entrada es gratuita.

Posted on julio 3, 2013 in Activismo, Agroecología, Decrecimiento, Ideas, Naturaleza, Okupación, Tiempo, Trabajo, Transición, Vivienda by mikiComentarios desactivados en Volver a lo sencillo

Es sencillo… La dinámica de acumulación de capital hace que, cuando hay crecimiento económico, la principal víctima de esta dinámica sea el medio ambiente del cual dependemos. Sin embargo, si no hay crecimiento económico, la dinámica de acumulación de capital sigue su curso, y se alimenta de la sangre de las personas. Por poner, que durante esta crisis económica (época sin crecimiento) el número de ricos y pobres ha aumentado de forma alarmante.

 

Por ello, no es suficiente con cruzarnos de brazos porque ya sabemos que la economía de Europa no va a volver a crecer. Dos razones:

– el nivel de consumo de recursos es suficiente como para que, aunque no crezca, sigamos sobreexplotando los recursos.

– ahora el crecimiento se traslada a las desigualdades entre las personas.

 

Frente a esta dinámica de acumulación de capital, que se dirige mediante recortes sociales, privatizaciones… las personas están empoderándose desde la sencillez. En Grecia, varios grupos de personas están iniciando proyectos de sostenibilidad social y ecológica. Sus vidas han mejorado notablemente en muchos aspectos. En España, la situación es incluso más halagüeña. Tanto, que la plataforma rural ha organizado en Amayuelas un encuentro de jóvenes para un mundo rural vivo. En paralelo, se celebraba el 5º encuentro de pobladores rurales en Guadalajara.

 

Al menos, el encuentro de Amayuelas fue un éxito en cuanto a número y calidad de asistentes. Allí se expresaron dificultades que hay al empezar, ventajas de los proyectos que ya han empezado y soluciones, muchas soluciones para caminar hacia la soberanía alimentaria. Trabajando en agroecológico trabajas menos y ganas lo mismo: bajas la escala de producción (menos tiempo de trabajo) y bajas la escala de distribución (más beneficio por cada producto).

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Además, un equipo de especialistas de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) ha desarrollado un proyecto que haría viable la recuperación y ocupación de las 1.300 aldeas gallegas abandonadas, el 40 por ciento de las que están en esta situación en España.

 

Es la historia de cada día: un sistema incapaz de crecer extrae la riqueza de las clases medias y bajas, que se autoorganizan para protegerse mutuamente y evitar esa sangría de recursos. Conclusión: la calidad de vida mejora en colectivo, cooperando. Son los tiempos que nos ha tocado vivir. Y si la vida te da limones… haremos la mejor limonada que jamás se haya imaginado…

Posted on noviembre 19, 2012 in Economía, Ideas, Tiempo by mikiComentarios desactivados en Por una sexualidad del decrecimiento

Todas presenciamos la patética campaña de desprestigio que la derecha emprendió contra la investigación utilizando como cabeza de turco una subvención para un programa de investigación que pretende trazar un mapa de las más de 4000 terminaciones nerviosas (el tejido más sensible del cuerpo humano) del clítoris. La intención de este estudio es hacer posible una mejor reconstrucción del clítoris en casos de extirpación o mutilación, que ya se practica en España desde hace cuatros años.

 

Pero la sexualidad no sólo recibe ataques de la derecha más rancia y machista. Hay un lobo vestido de corderito que defiende y financia la investigación en el clítoris con oscuros fines. La anorgasmia femenina constituye la causa más frecuente de consultas de las mujeres en materia de sexualidad. Sus causas, sin embargo, no suelen tener que ver con problemas patológicos, neorológicos, fisiológicos… y por supuesto no requieren ninguna medicación ni intervención quirúrgica. El Viagra es uno de los medicamentos más rentables de la historia, lo es hasta el envío masivo de spam sobre el mismo… y constituye el caso más flagrante de medicalización de la sexualidad. ¿Qué es eso? Es simplemente el tratar de resolver los problemas tomando una pastilla, en este caso, los problemas sexuales.

 

Con una sexualidad falocéntrica y coitocéntrica, la pérdida de erección es el talón de aquiles del heteropatriarcado. Sus causas, nuevamente, no suelen estar relacionadas con razones neurológicas, fisiológicas… Sin embargo, el perfil del consumidor no es el que se publicitó y no son pocos los jóvenes que lo consumen por miedo a “fracasar”. Una vez medicalizada la sexualidad masculina, ahora queda medicalizar la sexualidad femenina.

 

La lentitud, los cuidados, la confianza, la escucha… a fin de cuentas, poner las relaciones humanas en el centro no sólo nos lleva a una economía diferente, a una relación con nuestro medio natural diferente, a una relación política con las demás diferente, sino que nos lleva a una sexualidad más respetuosa, una sexualidad que dura 24h al día, que trabaja la relación con el otro en todos sus ámbitos, una sexualidad llena de comunicación, una sexualidad que nada tiene que ver con el consumo, la rapidez, la creación de necesidades y la inmediatez, donde no hay “problemas” sino señales de que algo necesita ser trabajado y cuidado. El decrecimiento es vivir mejor con menos, es cambiar el chip, es replantearse la economía, la riqueza, el trabajo, el tiempo… y la sexualidad. El decrecimiento es, al fin y al cabo, la plenitud que reside en la sencillez, en lo cotidiano.

Posted on septiembre 1, 2012 in Activismo, Decrecimiento, Derechos, Ideas, Tiempo by miki3 Comments »

En días como hoy… la información ha pasado a ser un producto de consumo. Cinco grandes agencias de noticias “crean la información” (cuatro de EEUU y una francesa). El resto de grandes empresas que se dedican a esto de repetir lo que estas agencias de noticias escriben, digo… a esto de informar tienen sus intereses ideológicos y, por supuesto, económicos. A estos medios no les interesa que tengamos una idea global de los procesos que afectan a nuestra vida y, siendo quizás demasiado inocente, tampoco les interesa directamente que seamos unos borregos, zombis sin cerebro… Les interesa que compremos y consumamos su información, una información que siempre tiene que ser de “rabiosa” actualidad, lo más caliente posible, recién horneada… y más atractiva que la del resto de medios…

 

En este contexto de despiadada competencia por cuotas de mercados (no por informar) se conforma un escenario de monopolio de una información uniformada (con una falsa diversidad) y fragmentada (por la urgencia de lo inmediato) de los medios oficiales. Sin embargo, esta situación es totalmente contraria a los pilares más básicos del periodismo y, sobre todo, a la función social que el periodismo ha de tener: no sólo informar, sino dar herramientas para que la gente alcance una autonomía de pensamiento, para que sean librepensadores y para que comprendan la realidad en la que viven. Tan sólo así podrán ser artífices de su presente, tan sólo así podrá haber verdadera democracia.

 

Entonces, ¿cómo sería el periodismo en una sociedad de decrecimiento? ¿Podemos imaginar un periodismo diferente, un periodismo que ralentice el proceso de la información y aumente su calidad? Un simil gastronómico: ¿qué es mejor: comida basura (fast food) o comida hecha con cariño y tiempo (slow food)? Por ello es fundamental el controlar los tiempos de la información, el procurarse información sosegada, reposada, que nos haga más conscientes de los procesos más que de sucesos inconexos… una información que nos permita contemplar y comprender la realidad con la perspectiva que da el tiempo y un punto de vista amplio, que abarque toda la complejidad espacio-temporal que nos rodea.

 

Pero esto quedaría en una declaración de buenas intenciones si, después de un verano de trepidante información para unas y desconexión de la información oficial para otras… no pusiésemos a vuestra disposición un ejemplo de información decrecentista, que no se deja llevar por los dictados de la inmediatez ni de los problemas “de moda”. He aquí el ejemplo de lo dicho anteriormente… ¡que lo disfruten!

 

Gracias Andrés…

Posted on junio 28, 2012 in Decrecimiento, Economía, General, Ideas, Naturaleza, Tiempo, Trabajo by mikiComentarios desactivados en Escalada… ¿hasta cuándo?

Negarse a que te controlen tu estado de ánimo es el primer paso para la libertad de pensamiento… Por eso, para echar una sonrisa o comentar con nuestras amistades qué es eso del decrecimiento… he aquí un vídeo magnífico.

Aunque sobran las palabras se puede ver cómo varias personas viven plácidamente, rodeados de recursos… hasta que empieza la escalada ¿por qué? porque quieren estar sentados más altos que el prójimo y COMPITEN por ello. Entonces, el estado de permanente sensación de escasez (siempre me hace falta más) desarrolla toda una industria extractiva, con muuuuchos puestos de trabajo extenuantes, erigiendo enormes torres (el desarrollo) y deteriorando el medio ambiente. El final no tiene desperdicio… y habla por sí solo.

 

Tanto el decrecimiento como el sumak kawsai ensalzan las virtudes de las primeras imágenes: la sensación de abundancia y satisfacción utilizando pocos recursos… abundancia de tiempo, satisfacción de necesidades básicas… ahora pulsar <<FF>> o <<REW>> depende de ti.

 

 

Posted on junio 13, 2012 in Decrecimiento, Economía, Ideas, Tiempo by miki1 Comment »

Este jueves daremos la bienvenida a Raphael Fellmer, que vive “sin dinero” desde hace dos años y medio. Nos viene a hablar de su experiencia y a compartir su convicción.

¿De qué está convencido? De que el dinero, sin duda ninguna, es la base del problema de nuestra sociedad. A diferencia de muchos, no piensa que nos equivocamos en la manera de usarlo sino que es el propio dinero, el valor de intercambio, el que nos hace equivocarnos.

Desde mi propio punto de vista, reflexionando sobre el tema, he llegado a la conclusión que el hecho de pensar una vida sin dinero y sus consecuencias requiere entrar en una reflexión casi metafísica sobre la existencia o no de una “naturaleza humana” – ¿qué, o cómo es el ser humano? – y si existe tal cosa, entonces ¿es posible que esa naturaleza cambie? ¿Evolucione? Y ¿qué la hace cambiar?

Cuando me enfrenté a las diferentes maneras de ver la idea de una vida sin dinero, me choqué primero con esta aparentemente inabarcable cuestión. Entonces decidí organizar estas formas de pensar, partiendo de esa problemática, para tener una vista amplia de lo que se piensa sobre lo que vamos a debatir este jueves, y así tener unos cuantos argumentos a mano.

Para reducir la complejidad de visiones, he decidido agruparlas en tres. Por supuesto, tendremos que tener en cuenta la riqueza y la variedad de puntos de vista existentes, que no podremos mencionar aquí.

La primera manera de conceptualizar la cuestión parte del hecho de que no se puede, en absoluto, vivir sin dinero.

1. No se puede vivir sin dinero

El dinero es la herramienta más práctica que hemos encontrado hasta ahora para intercambiar productos. Podríamos pensar en el trueque como alternativa al sistema monetario pero el trueque al final termina por darle un valor más importante a alguno de los productos intercambiados, el más buscado o aceptado y así volvemos a la lógica de un bien de intercambio común (como el dinero). Además, no se puede funcionar sin intercambio si queremos acceder a productos que no podemos producir por nosotros mismos.
No se concibe una lógica de la donación: el hecho de dar no es un acto neutro. Implica la creación de una “deuda” hacia la persona que recibe: me has dado algo, te debo un favor. Esta deuda es implícita. ¡Usar el dinero es entonces liberarse de la deuda! El dinero permite anular esta deuda, una vez pagado nadie debe nada a nadie.

La segunda manera de ver la problematica nos plantea la posibilidad de la creación de otro sistema de intercambio.

2. Se puede vivir sin dinero pero funcionando con otro sistema de intercambio

El problema es el uso del dinero, no el dinero en sí. Es la naturaleza del valor de intercambio la que condiciona el comportamiento del usuario. Por ejemplo, estamos usando ahora una herramienta de intercambio que está hecha de papel y tinta, si fuera un valor de intercambio calculada en tiempo (como los actuales bancos de tiempo), la relación al valor no sería la misma. Si cambiamos la herramienta, cambiamos esta relación, y cambiamos también el comportamiento del usuario.
Tampoco se piensa que se pueda funcionar sin intercambio, no si queremos acceder a productos que no podemos producir por nosotros mismos.

Y por fin, la tercera visión, que es la de nuestro ponente del jueves: podemos perfectamente vivir sin dinero y no hace falta el intercambio, ni a través de otro sistema monetario, ni de ningún otro sistema de intercambio “recíproco”.

 

3. Se puede vivir sin dinero, sin intercambio

El ser humano puede ser autosuficiente, produciendo de forma colectiva lo que necesita, siendo consciente de sus necesidades. El don, el acto de dar es un acto neutro, no implica en absoluto una deuda, no se ve el don como relación de fuerza (te doy, me debes algo) sino como un acto “gratuito” (ese mismo acto de un padre, o una madre hacia su hijo/a).

Al suprimir el dinero se suprime también el concepto de su “escasez” que fomenta la lógica de competitividad (que es la base del capitalismo y el crecimiento), y entonces entramos en una lógica de cooperación, ayuda mutua y de dón que es la base para convivir creando un sistema más justo, un sistema que no se base en el crecimiento ilimitado y que ponga las relaciones humanas en el centro.

Os propongo que con estos tres argumentos, aún por completar, vayamos pensando en lo que nos sugiere este tema de una vida sin dinero. Nos queda mucho por pensar, y creo que nos puede interesar lo que nos viene a contar Raphael. No sólo como experiencia de vida alternativa pero también porque la propuesta que nos hace nos plantea el problema creciente del sobre-consumo, y de sus consecuencias, a nivel global y local.
Os esperamos para debatir, y para desarrollar juntos un diálogo constructivo acerca de esta idea de una vida “sin dinero”, en el campo de la cebada, este jueves a las 21:00..

Fdo: Camille

Posted on mayo 30, 2012 in Activismo, Derechos, Tiempo, Transporte by mikiComentarios desactivados en Cuestión de tiempo…

Por fallo del servidor de sindominio esta entrada no se encuentra disponible. Estamos trabajando para recuperarla. Disculpad… pero merecerá la pena la espera… 😉

Posted on febrero 23, 2012 in Ciudad, Tiempo, Transporte by miki1 Comment »

Un hombre se sentó en una estación de metro en Washington DC y comenzó a tocar el violín, era una fría mañana de enero. Interpretó seis piezas de Bach durante unos 45 minutos. Durante ese tiempo, ya que era hora pico, se calcula que 1.100 personas pasaron por la estación, la mayoría de ellos en su camino al trabajo.

Tres minutos pasaron, y un hombre de mediana edad de dio cuenta de que había un músico tocando. Disminuyó el paso y se detuvo por unos segundos, y luego se apresuró a cumplir con su horario.

Un minuto más tarde, el violinista recibió su primer dólar de propina: una mujer arrojó el dinero en la caja y sin parar, y siguió caminando.

Unos minutos más tarde, alguien se apoyó contra la pared a escucharlo, pero el hombre miró su reloj y comenzó a caminar de nuevo. Es evidente que se le hizo tarde para el trabajo.

El que puso mayor atención fue un niño de 3 años. Su madre le apresuró, pero el chico se detuvo a mirar al violinista. Por último, la madre le empuja duro, y el niño siguió caminando, volviendo la cabeza todo el tiempo. Esta acción fue repetida por varios otros niños. Todos sus padres, sin excepción, los forzaron a seguir adelante.

En los 45 minutos que el músico tocó, sólo 6 personas se detuvieron y permanecieron por un tiempo. Alrededor del 20 le dieron dinero, pero siguió caminando a su ritmo normal. Se recaudó $ 32. Cuando terminó de tocar y el silencio se hizo cargo, nadie se dio cuenta. Nadie aplaudió, ni hubo ningún reconocimiento.

Nadie lo sabía, pero el violinista era Joshua Bell, uno de los músicos más talentosos del mundo. Él había interpretado sólo una de las piezas más complejas jamás escritas, en un violín por valor de 3,5 millones de dólares.

Dos días antes de su forma de tocar en el metro, Joshua Bell agotó en un teatro en Boston, donde los asientos tuvieron un promedio de $ 100.

Esta es una historia real. Joshua Bell tocando incógnito en la estación de metro fue organizada por el diario The Washington Post como parte de un experimento social sobre la percepción, el gusto y las prioridades de la gente. Las líneas generales fueron los siguientes: en un entorno común a una hora inapropiada: ¿Percibimos la belleza? ¿Nos detenemos a apreciarla? ¿Reconocemos el talento en un contexto inesperado?

Una de las posibles conclusiones de esta experiencia podrían ser:

Si no tenemos un momento para detenerse y escuchar a uno de los mejores músicos del mundo tocando la mejor música jamás escrita, ¿cuántas otras cosas nos estamos perdiendo?
Por: Josh Nonnenmocher

 

¿Qué riqueza tenemos… si no tenemos tiempo?

Posted on febrero 16, 2012 in Decrecimiento, Economía, Ideas, Tiempo, Trabajo by mikiComentarios desactivados en Hay que estipular medidas para desalentar el consumo

El decrecimiento se va popularizando… cada vez es menos increíble concebir que este sistema no funciona, que este sistema no es posible, que este sistema es injusto… no sólo es menos increíble, sino que es más patente. Esta vez es en “la contra de la vanguardia”, donde abundan los artículos interesantes, que encontramos una entrevista a Tim Jackson (autor de “Prosperidad sin crecimiento” y comisionado de Economía del Gobierno británico).

 

 

Y ya que estamos, os recomendamos también un artículo de sugerente título… “Trabajamos más horas que un esclavo romano“. Y es que ¿dónde está el verdadero bienestar?

Hace poco oí que alguien explicaba el decrecimiento mediante el tamaño de la hoguera. Aunque no pude encontrar nada en internet (nada, que no hay link) sí que recuerdo el ejemplo:

 

En una hoguera grande, la gente hace un círculo grande y se separan las unas de las otras. Si no, se queman debido al abrasador calor que desprenden kilos y kilos de madera ardiendo. Si acaso, tienen relación con aquellos que están a su lado. Si la hoguera es pequeña, la gente se aproxima al fuego, hace un círculo más pequeño. El calor es reconfortante, con poca madera varias personas se mantienen calientes. Al ser pequeño el círculo, las personas puede mirarse a la cara, sonreírse, contar chistes, tener una conversación común, sentir, después de todo, que están en un grupo y forman parte de él.

 

El ejemplo me recordó a las palabras de un familiar mío, muy de derechas él, que recordaba con sereno anhelo un tiempo en el que las cosas eran distintas y él era más feliz:

 

Recuerdo cuando, con las ascuas de la chimenea, calentábamos el brasero que poníamos debajo de la mesa-camilla. Cenábamos todos juntos y, antes de irnos a dormir, mi madre cogía del brasero las brasas que aún daban calor y las metía en una plancha hueca de metal, con la que calentábamos las camas. Recuerdo que era una época feliz, en la que no aspirábamos a tener más, porque las cosas eran así. Aprovechábamos todo lo que consumíamos, le dábamos varios usos, vivíamos con poco, era una vida sin grandes lujos pero éramos una gran familia y éramos felices.

 

Este profundo sentimiento de recogimiento, de sencillez, de calor… contrasta claramente con el sentimiento de prisa, de falta de tiempo, de permanente necesidad de más y más, de compras desbocadas, de envoltorios y sobras que acaban en el cubo, de grandes bolsas de basura, de estrés, lujo y desigualdades sociales, de tiempos convulsos… El ser humano no es así, nunca ha sido así. De hecho, siempre ha sido sencillo, salvo unos pocos que ostentaban riqueza y acumulación (nobles, reyes y obispos) y que, a pesar de ser minoría, adquieren un papel protagonista en nuestra imagen de la historia.

 

El decrecimiento no es algo extravagante. Es simplemente vivir mejor. En el sobreconsumo (donde consumimos y nos consumimos más rápidamente), está claro que “vivir mejor” es necesariamente “vivir mejor con menos”, pues no hay otra opción. En países explotados por los países sobreconsumidores, “vivir mejor” puede ser “vivir mejor con más”, pero los eslóganes “vivir mejor con más” y “vivir mejor con menos” se acabar sustituyendo por “vivir sencillamente bien”.

 

Pero la sociedad del decrecimiento no tiene por qué ser estática. Cómo combinar el dinamismo tranquilo, la innovación creativa y la alegría, con la simplicidad, el no aspirar a más y el recogimiento reconfortante de lo sencillo es la clave para que la humanidad alcance unos modos de vida que puedan llevar todas las personas del mundo durante un número infinito de generaciones. Tan sólo así podremos vivir bien y justamente. Es una aventura necesaria, trepidante y llena de aprendizaje y desaprendizaje… es el camino a una vida que merezca la pena ser vivida.

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