Como ya sabréis, varios cientos de personas cerraron la puerta de su casa tras de sÃ, mochila en mano, para recorrer varios cientos de kilómetros hasta llegar, exhaustos pero entusiasmados, a una ciudad que les recibió con los brazos abiertos, con comida, con música, con alegrÃa y con un sentimiento de hermandad que no deja de ser sobrecogedor para todos… En su camino, las siete marchas hicieron parada y asambleas en más de 300 pueblos, donde fueron acogidos y donde ellos escucharon los problemas de cada uno de esos pueblos, dando voz a los que, por su lejanÃa de los grandes núcleos urbanos, son olvidados por los poderes polÃticos. A estos alegres andarines podrÃamos llamarles héroes sin miedo a equivocarnos, personas imbuÃdas del mismo espÃritu altruista y muy interesado en cambiar las cosas, cambiar el sistema, cambiar las reglas del juego…
Una vez juntos, en Madrid, siguieron trabajando, a pesar del cansancio acumulado. Su intención era elaborar un documento con todas las quejas que han escuchado en su travesÃa y llevarlas al Congreso de los Diputados. Pero no sólo les bastaba con eso… Ahora que estábamos todos juntos, era tiempo de hablar, discutir ideas y empezar a hacer cosas en común, por lo que hicimos un foro social. Para sorpresa de todos, un inesperado apoyo, un ex-primervicepresidente y economista jefe del Banco Mundial, Joseph Stiglitz. Su intervención nos aportó una motivación aún mayor para seguir cambiando las cosas.
Ahora, tocaba llevar las propuestas de los pueblos al congreso. En la asamblea previa que tuvimos entre Neptuno y el Congreso, un policÃa aseguró que no habrÃa problema en acceder al edificio escoltados para entregar el documento. Pero la actuación policial del dÃa de hoy no deja lugar a dudas sobre las órdenes que recibieron. A estos héroes no sólo les golearon, sino que previamente interrumpieron bruscamente su sueño a patadas y formación amenazante de antidisturbios para desalojar su campamento.
Sin embargo, la brutalidad policial no es rival para la picaresca y el ingenio de los indignados, y vestidos como quien va a una boda, accedieron “al Hotel Palace” y, una vez pasado el bloqueo policial, se encaminaron hacia el Congreso, para salir victoriosos y sonrientes con el documento sellado por el registro del Congreso. Finalmente, el documento llegó a manos de “nuestro” presidente, aquel mismo que ejerce según la voluntad de ingerencias económicas internacionales, aquel que no nos representa.
Os invitamos a una concentración de protesta hoy mismo, en dos horas, a las 20:00, en el Paseo del Prado, para demostrarles a los polÃticos que, aún indignados, tenemos más dignidad que muchos de ellos. ¡Nos vemos!