Este vídeo presenta muchos conceptos y planteamientos que conforman la economía del bien común… así como el decrecimiento, la permacultura, la economía social, el slow movement, transition towns, el buen vivir… digamos que son alternativas al sistema actual que parten del reconocimiento del fracaso del mismo… y en cada cultura reciben al menos un nombre distinto…
Es interesante, no obstante, reflexionar sobre alguna propuesta del vídeo. Me refiero al sistema de puntos y ventajas fiscales y financieras que depende de lo que se oriente la actividad de una determinada entidad al bien común. Por concretar, a la hora de introducir la justicia social, el cuidado del medioambiente y otros criterios en la contabilidad económica se plantea que las empresas más orientadas al bien común paguen menos impuestos. Esto implicaría que el gobierno ganaría más con empresas más egoístas (y esos intereses son peligrosos), aparte de que, si una empresa egoísta tiene una buena campaña publicitaria, podría darse el caso de que la gente comprase toca-cola (por ejemplo) a pesar de saber que es caca-cola con las personas y el medioambiente y que es más cara que paco-cola… Es decir, si se introduce en la contabilidad elementos como la responsabilidad social, al final algunas empresas podrán comprar esa responsabilidad, ser irresponsables pero ofrecer productos “de mejor calidad” o “más asociados a un estatus de cierto perfil de consumidor”…
Además, ¿cómo poner en valor el mal trato a los trabajadores? ¿y la extinción de una especie? Recuerda a los intentos por monetarizar los impactos ambientales para luchar contra la externalización ambiental. Lo que, traducido al más común de los lenguajes, viene a decir que es como si, para evitar que las empresas reduzcan costes a base de explotar a las personas y/o al medioambiente, le ponemos un precio a esa explotación y la metemos en la contabilidad. Entonces, las empresas con mayor poder financiero podrían amortizar ese diferencial de coste con sucesivas ampliaciones de capital (es decir, crear dinero en el mundo financiero y llevárselo al mundo productivo).
Aún así agrada ver que estas ideas tienen tan buena aceptación en sociedades como la austriaca… y estas críticas no pretenden tirar estas ideas abajo, sino seguir profundizando en otras formas posibles de organizarnos, vivir bien y convivir mejor…
Por eso me gustan más las propuestas de Charles Eisenstein.
El foco es recompensar a las empresas que lo hace bien, y no penalizar a las que lo hace mal (para irse a otro país con una legislación más laxa). Una de las que más me gusta, y resumida de manera muy burda, es, en vez de volver a un patrón oro o algo “tangible” que respalde el sistema monetario, implementar un patrón de recursos sin utilizar.
Ahora mismo, el petróleo es dinero una vez extraído y refinado. Esta teoría propone que el petróleo que se queda en el suelo (si es que queda algo de aquí a 20 años!) se pueda utilizar para respaldar la creación de dinero.. Bosques sin talar, agua sin contaminar, oro sin minar etc, todo eso, mientras no se toque se traduciría en dinero. Así se incentiva a las empresas a no tocar estos recursos e invertir en alternativas, es otra manera de internalizar los costes.
Si entendéis inglés os recomiendo la lectura del texto completo (se puede descargar gratis), pero si no aquí está el capítulo dónde se explica esta propuesta (y en plan menos borrico que yo)
http://sacred-economics.com/sacred-economics-chapter-11-currencies-of-the-commons/
En todo caso, cada vez veo más referencias a Felberg por todos lados, lo cuál me parece de lo más positivo. Me tengo que empollar más sus propuestas!
si, esta bien la critica. efectivamente se haria mas importante la comunicacion. quizas habria que prohibir ciertos tipos de publicidad y reglar ese tipo de comunicaciones. manteniendo la libertad de expresion pero no pagar por publicidad. la publicidad es un tema que los bienpensantes creen perfecta. es la negacion de su propio enganyo.